El pasado 18 de mayo, un pescador canadiense captó en fotos un fenómeno que muy pocos seres humanos han presenciado: un iceberg completamente negro, flotando entre bloques de hielo blanco en el gélido mar de Labrador. La imagen se volvió viral en redes sociales, despertando curiosidad y asombro en todo el mundo. Pero, ¿qué explica realmente este insólito color?

Un encuentro inesperado en aguas heladas

Hallur Antoniussen navegaba a bordo del arrastrero Saputi cuando divisó una figura oscura y perfectamente definida entre las aguas del norte. No se parecía a ningún iceberg que hubiera visto antes. Tenía un color negro intenso y una forma que describió como “casi de diamante”. Según contó a CBC Radio, había observado icebergs con rocas incrustadas, pero nunca uno completamente negro. Afortunadamente, grabó el momento y lo compartió en redes, donde sorprendió a miles de personas. La imagen de aquel bloque oscuro, flotando en medio del hielo blanco, parecía sacada de otro planeta.

La ciencia detrás su color

Aunque solemos imaginar los icebergs como masas blancas o azuladas, su color depende de su composición interna y de cuán comprimido esté el hielo. Los icebergs blancos deben su aspecto a las pequeñas burbujas de aire atrapadas en su interior, que dispersan la luz en todas direcciones. Con el paso del tiempo, ese hielo se comprime, pierde aire y se vuelve más transparente, como el vidrio. En ese estado, absorbe las longitudes de onda más largas de la luz (los colores cálidos) y dispersa las azules, lo que les da ese característico tono celeste o verde azulado.

Durante su formación, además, los icebergs pueden incorporar materiales del entorno. Los verdosos, por ejemplo, contienen óxidos de hierro, que tienen una tonalidad amarilla. Al mezclarse con el azul del hielo, generan un tono verde. En el caso de los icebergs oscuros, el color suele deberse a tierra, sedimentos o ceniza volcánica adheridos al hielo, especialmente si ha girado sobre una superficie oscura. Sin embargo, el iceberg registrado por Antoniussen se veía distinto: mucho más uniforme, sin rastros evidentes de manchas o acumulaciones.

Un iceberg milenario o una reliquia cósmica

El glaciólogo Lev Tarasov, de la Universidad Memorial de Canadá, sugiere que el iceberg negro podría haber sido parte de un glaciar antiguo que se desprendió al llegar al mar. Los glaciares, al avanzar, erosionan el terreno y arrastran consigo minerales y polvo que terminan integrados en el hielo. Tarasov ha visto bloques oscuros similares en Groenlandia, aunque en tamaños más pequeños y con menos homogeneidad.
 

Para que los sedimentos se distribuyan de forma tan uniforme como en el iceberg de Antoniussen, se requeriría una compresión muy prolongada, posiblemente entre mil y cien mil años. También existe la posibilidad de que el hielo contenga hollín proveniente de una erupción volcánica masiva o, incluso, partículas de un antiguo impacto de meteorito. Pero sin un análisis físico directo, es imposible saberlo con certeza.

Este iceberg negro no solo captó la atención global por su rareza estética, sino que también puso en evidencia cuánto queda por descubrir en los rincones remotos del planeta. Gracias a la observación casual de un pescador, hoy contamos con una nueva pieza del rompecabezas que es la historia natural del Ártico. Quizá nunca sepamos exactamente qué lo hizo tan oscuro, pero su aparición nos recuerda que el planeta aún guarda secretos esperando ser entendidos.

Referencia:

• Fisherman is baffled after stumbling across a huge BLACK iceberg off the coast of Canada. Link.