
Tras el lamentable fallecimiento de Sudan en 2018, el último rinoceronte macho blanco del norte, quedaron únicamente dos hembras: Najin y Fatu. Estas dos rinocerontes blancos hembras se encuentran actualmente bajo una estrecha vigilancia las 24 horas en el Parque de Conservación Ol Pejeta, en Kenia. Si lamentablemente estas dos últimas rinocerontes perecieran, la especie se declararía oficialmente extinta.
Las últimas rinocerontes blancos

En el siglo XIX, la población de rinocerontes blancos del norte era considerablemente numerosa. Sin embargo, debido a la caza furtiva, esta población sufrió una disminución drástica. Estos majestuosos animales fueron erradicados de su hábitat natural, y en 2008, se declaró su extinción en libertad.
Las dos rinocerontes del norte que aún están con nosotros no pueden reproducirse de forma natural debido a su avanzada edad y fragilidad. La única esperanza para preservar su linaje es recurrir a la fertilización in vitro.
En el año 2018, ocurrió el deceso del último macho de la subespecie Ceratotherium simum cottoni, conocido como Sudan. Sudan murió debido a su avanzada edad en la reserva natural de Kenia. Los veterinarios tomaron la difícil decisión de sacrificarlo, ya que su deterioro físico era irreversible.
Sudan había sido rescatado previamente de una vida de explotación en un circo en la República Checa, donde había pasado muchos años. Tras su rescate y recuperación, fue reintegrado a su hábitat natural, donde pudo vivir en amplias llanuras en el norte de África.
¿Cuál es la situación actual de los dos últimos rinocerontes?

Las dos últimas supervivientes de la subespecie de rinocerontes blancos del norte son dos hembras llamadas Najin y Fatu. Ambas están bajo el cuidado atento de Zachary Mutai en el Parque de Conservación Ol Pejeta, en Kenia. En los últimos años, se ha realizado un esfuerzo incansable para recuperar su población y explorar nuevas técnicas de reproducción asistida.
De acuerdo con información de National Geographic, los últimos óvulos de Najin y Fatu están preservados en un laboratorio italiano y se han fertilizado artificialmente utilizando el esperma de los últimos machos de la subespecie. Además, se está trabajando en la posibilidad de utilizar rinocerontes sustitutos de otra subespecie para ayudar a salvar a los rinocerontes blancos del norte de la extinción.
Es importante destacar que la suerte de los rinocerontes blancos del norte es diferente a la de sus parientes del sur. A fines del siglo XIX, se estimaba una población de entre 100 y 200 rinocerontes blancos del sur; sin embargo, gracias a un eficiente trabajo de conservación durante el siglo XX, su número aumentó significativamente.
La naturaleza sigue sufriendo por culpa del egoísmo de algunos humanos, quienes deciden explotarlos al punto de llevarlo a la extinción. Por suerte, no todos son malos y ahora se lucha para evitar que desaparezca.
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