Adam Kovalčík, un adolescente de 19 años de un pequeño pueblo de Eslovaquia, está revolucionando la producción de medicamentos antivirales. Su método convierte residuos de maíz en un recurso clave para sintetizar galidesivir, reduciendo tiempo y costos y apostando por la sostenibilidad. Este avance promete mejorar el acceso global a tratamientos críticos y abrir nuevas oportunidades en química verde.

Una innovación que simplifica la síntesis de antivirales

El galidesivir es un antiviral eficaz contra virus de ARN como Ébola, Zika y SARS-CoV-2, pero su producción tradicional es lenta y costosa: requiere 15 pasos durante 9 días y cuesta alrededor de $75 por gramo. Kovalčík desarrolló un método que reduce los pasos a 10, acorta el tiempo de producción a 5 días y baja el costo a $12 por gramo.

El secreto está en el alcohol furfurílico, extraído de hojas de maíz, que sirve como base para sintetizar aza-sacáridos, un intermediario clave. Esta ruta revisada optimiza el proceso, haciéndolo más eficiente y alineado con la química sostenible, al aprovechar un recurso abundante que normalmente se descarta. La combinación de innovación científica y conciencia ambiental convierte este método en un ejemplo de cómo la ciencia puede generar soluciones más accesibles y responsables.

Reconocimiento internacional y visión emprendedora

La presentación de Kovalčík en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería Regeneron (ISEF) 2025 destacó por su claridad y rigor, lo que le valió el George D. Yancopoulos Innovator Award de $100,000. Además de haber solicitado una patente preliminar, planea colaborar con la Universidad Tecnológica de Eslovaquia para escalar y perfeccionar su método.

Su creatividad también se extiende a otras aplicaciones sostenibles, como la producción de perfumes ecológicos a partir de derivados del maíz, demostrando que es posible combinar ciencia, emprendimiento y responsabilidad ambiental en proyectos.

Impacto en salud global y química verde

El enfoque de Kovalčík podría democratizar el acceso a antivirales en regiones donde los altos costos y la infraestructura farmacéutica son barreras importantes. Al utilizar materias primas renovables y residuos agrícolas, se disminuye la dependencia de recursos derivados del petróleo y se minimizan los desechos químicos, promoviendo procesos más sostenibles.

Este avance representa un cambio hacia la fabricación farmacéutica verde, descentralizada y eficiente, y sirve como ejemplo de cómo la bioquímica innovadora puede generar beneficios tanto en salud como en medio ambiente.

Referencia:

• A 19-year-old won $100,000 for inventing a cheaper, faster way to make antiviral drugs out of corn husks. Link.