Un contratista de la central nuclear de Palisades, en Michigan, protagonizó un accidente tan improbable como aterrador: cayó a la piscina del reactor y bebió parte del agua irradiada. Lo más sorprendente es que sobrevivió, sufrió solo lesiones leves y regresó a trabajar al día siguiente.
Un accidente imposible en el corazón del reactor

El incidente ocurrió el 21 de octubre en la planta nuclear de Palisades, durante labores rutinarias de mantenimiento en la zona de contención. El trabajador perdió el equilibrio y cayó en la piscina del reactor, una cavidad llena de agua borada, sustancia utilizada para controlar la radiación en los reactores nucleares.
A pesar de llevar equipo de protección y un chaleco salvavidas, el hombre quedó sumergido brevemente, ingiriendo parte del agua antes de ser rescatado por el personal de seguridad. Las mediciones posteriores revelaron 300 cuentas por minuto (cpm) de radiación en su cabello, el umbral que la FEMA considera suficiente para activar protocolos de control radiológico.
El personal especializado lo descontaminó de inmediato y, tras una evaluación médica, fue dado de alta con lesiones menores. Sorprendentemente, volvió a trabajar al día siguiente. Según un portavoz de Holtec International, empresa propietaria de la planta, el accidente no supuso una exposición significativa a la radiación. “El individuo fue tratado de acuerdo con los procedimientos de seguridad, y no hubo riesgo para la salud ni para el público”, aseguró.
Lo que evitó una tragedia fue que el reactor aún no contenía combustible nuclear, ya que la recarga estaba programada para días posteriores. De haber ocurrido con el reactor activo, la exposición habría sido letal en cuestión de segundos.
Un suceso que reaviva el debate nuclear en Estados Unidos
La planta de Palisades, situada a orillas del Lago Míchigan, se encuentra en proceso de reactivación tras haber sido clausurada en 2022. Si el proyecto se concreta, sería la primera central nuclear estadounidense en reabrir después de un cierre definitivo, un hito que ha generado tanto entusiasmo como preocupación.
Sin embargo, este accidente ha vuelto a poner el foco en la seguridad de las instalaciones nucleares y en la preparación del personal encargado de operarlas. Para el ingeniero nuclear Arnie Gundersen, asesor del grupo ambientalista Don’t Waste Michigan, el suceso refleja “una peligrosa falta de experiencia y control técnico” dentro de la planta. Gundersen y otras organizaciones antinucleares han solicitado a la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) que suspenda la reapertura hasta completar una auditoría exhaustiva de los procedimientos.
Mientras tanto, Holtec International insiste en que se trató de un incidente aislado y que los protocolos funcionaron como debía. No obstante, el hecho de que un trabajador cayera a la piscina del reactor —un área de máxima seguridad— plantea serias dudas sobre la vigilancia y las condiciones laborales en Palisades. El suceso ocurre justo cuando Estados Unidos busca revivir la energía nuclear como fuente limpia frente al cambio climático, un esfuerzo que podría verse ensombrecido por fallos humanos como este.
El caso del trabajador que cayó al reactor de Palisades y sobrevivió parece sacado de la ciencia ficción, pero es una advertencia real. A medida que la energía nuclear regresa al debate global, este accidente recuerda que incluso los sistemas más seguros pueden fallar cuando el factor humano entra en juego.
Referencia:
- CBSNews/Contractor falls into pool of water above Palisades Nuclear Plant reactor, has to be decontaminated. Link
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