Una imagen capturada desde la Estación Espacial Internacional reveló un fenómeno tan fugaz como asombroso: un sprite rojo sobre México y el sur de Estados Unidos. La astronauta Nichole Ayers fue testigo privilegiada de este destello eléctrico que brotó desde una tormenta, un evento raro que, más allá de lo visual, fascina profundamente a la ciencia.

Un rayo ascendente poco común
Los sprites no son rayos comunes. En lugar de caer al suelo, se elevan desde tormentas eléctricas hacia la atmósfera superior, entre los 50 y 90 kilómetros de altitud. Su aspecto es tan peculiar como su comportamiento: ramificaciones de luz rojiza que se dispersan en el cielo como si fueran tentáculos. Por eso, muchos los comparan con una medusa brillante suspendida en el aire.
Fueron observados por primera vez en los años 50 por pasajeros de avión, pero no se fotografiaron hasta 1989. A pesar de décadas de estudio, estos Eventos Luminosos Transitorios (TLEs) siguen siendo un misterio. No se sabe con certeza por qué ciertos rayos generan sprites y otros no. Lo que sí se sabe es que se asocian a tormentas de gran intensidad, como las que producen los huracanes. La imagen capturada por Ayers es excepcional no solo por su belleza, sino por el potencial que ofrece para entender mejor estos fenómenos atmosféricos tan escurridizos.
La mirada desde el espacio: una herramienta científica única

Desde la superficie terrestre, captar un sprite es extremadamente difícil: ocurren por encima de las nubes, duran apenas milisegundos y necesitan condiciones muy específicas. Pero los astronautas tienen una ventaja irreemplazable: observan el planeta desde una perspectiva despejada, donde la atmósfera se convierte en una pantalla gigante para fenómenos como este.
Nichole Ayers, a bordo de la Estación Espacial Internacional, logró fotografiar el sprite justo cuando cruzaban sobre una tormenta activa. Gracias a imágenes como esta, los científicos pueden analizar con mayor detalle la estructura y el comportamiento de los TLEs, y así avanzar en la comprensión de cómo interactúan las tormentas con las capas altas de la atmósfera e incluso con la ionosfera.
Como escribió Ayers en la red social X: “Tenemos una gran vista por encima de las nubes, así que los científicos pueden usar este tipo de imágenes para comprender mejor la formación, las características y la relación de los TLEs con las tormentas eléctricas”. Desde el espacio, estos fenómenos dejan de ser raras curiosidades para convertirse en claves que podrían ayudarnos a mejorar predicciones meteorológicas y modelos climáticos.

La fotografía de Nichole Ayers es mucho más que una bella postal del espacio. Nos recuerda que nuestro planeta guarda infinitos secretos en sus cielos. Los sprites —esas medusas eléctricas que aparecen por milisegundos— nos invitan a mirar hacia arriba con asombro y curiosidad. Y gracias a quienes orbitan la Tierra con los ojos bien abiertos, podemos ver lo invisible y aprender un poco más sobre el mundo que habitamos.
- Nicole «Vapor» Ayers. Just. Link.
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